El boniato, batata o papa dulce, es un tubérculo originario de América similar a la patata, aunque de sabor más dulce. Es típico de la estación invernal, donde según en qué lugares aún podemos comprarlo en los puestos de la calle, asado y calentito, junto a las también típicas castañas.
Lo que no resulta tan habitual es que un boniato pese más de 15 kilos, como ha sucedido en el pueblo alpujarrense de Nieles (Cástaras). Antonio Alcalde lo ha cosechado en su huerto, y lo ha colocado en una esquina del bar de los pensionistas de su pueblo, para que todo el que pase por allí lo pueda admirar y fotografiar.
No sabemos cuál será el destino final de ese boniato, pero si deciden cocinarlo, seguro que lo van a disfrutar. La mejor forma de prepararlo es al horno, aunque también puede consumirse frito o en puré. Es ideal para preparar mermeladas y confituras, con un sabor que recuerda al de la castaña. También combina estupendamente con canela, miel, coco, lima y nuez moscada, y constituye un acompañamiento idóneo de los platos a base de cerdo y de aves.
Por último, y como curiosidad, si queréis ver crecer una bonita planta colgante, colocad un boniato en una maceta con tierra. Sus hojas, según algunos chefs, están deliciosas salteadas, como si fueran espinacas.
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